Los políticos tramposos son los responsables de que la actividad política se mal vista por la ciudadanía. Cuando se conjuga la ignorancia y la ambición, surgen prácticas perversas que desvirtúan el oficio político.

En la mayoría de los sondeos de opinión, legisladores y partidos políticos tienen los más bajos índices de confianza social, solo superados por las policías locales.

Los malos políticos hacen un daño terrible a las instituciones porque con su conducta dañan su credibilidad y ofenden a la sociedad. Es por ello que su reputación digital está por los suelos.

Entre las malas prácticas que hacen los políticos tramposos, destacan estas 4 conductas que realizan para promoverse y que pueden ayudar para irlos desterrando.

USAN CUENTAS FALSAS QUE LOS ADULAN

Que tu comunidad te apoye públicamente es fundamental, pero simular respaldo con cuentas falsas insulta a la inteligencia de tus seguidores. La gente te juzga por resultados, no por likes.
Se detectan cuando son perfiles de modelos o en el colmo del cinismo, sin foto principal.

PAGA PUBLICACIONES A MEDIOS Y PERIODISTAS

Pagarle a un medio o a un periodista para que publique solo cosas positivas de ti, te perjudica en automático.
Es sentido común: un medio serio, creíble y honesto no adula a un político.
Se detectan cuando la información tiene como oferta principal al funcionario y no el hecho, ni el beneficio de la acción a promover.

LOS POLÍTICOS TRAMPOSOS BURLAN LA LEY

Un candidato que disfraza de periodismo su promoción personalizada demuestra que es capaz de cualquier cosa, hasta de burlar la ley para lograr protagonismo que lo acerque a sus intereses.
Se detecta cuando los medios hacen como publicitan entrevistas en espectaculares, o en las redes sociales.

SE PROMOCIONA CON ENCUESTAS FALSAS

Pagar encuestas de empresas sin prestigio ni trayectoria y de dudosa reputación para mentir y tratar de crear la percepción de que es muy popular y querido, evidencia corrupción y deshonestidad.
Se detectan cuando marcas desconocidas de encuestas los coloca en los primeros sitios de popularidad.

No dañes tu reputación. Si quieres crecer en tu carrera política o en el sector público debes evitar este tipo de prácticas. La ciudadanía ya no se cree la farsa que llevan a cabo los políticos tramposos para aparentar tener una popularidad que no tienen.