Tips para administrar redes sociales de un personaje político

Administrar redes sociales de un personaje político es una responsabilidad que puede hacer hacer crecer o hundir su carrera pública. Warren Buffett dice que construir una reputación puede llevarte 20 años y pero bastan minutos para destruirla, sobre todo en redes sociales.

En la actividad pública pasa lo mismo, una mala publicación una foto de mal gusto o un comentario pueden destruir proyectos en cuestión de minutos.

En la comunicación política no cambiaron las reglas del juego, cambió el juego completo.

Si eres el responsable de manejar redes sociales de algún funcionario o actor político debes saber que ya muchos años que las carreras políticas ahora se pierden cuando se cometen más errores. Por el contrario, las ganan quienes hacen de sus líderes personas conocidas, reconocidas y memorables.

Además, una buena comunicación digital blinda a los líderes de mensajes intrascendentes, publicaciones ordinarias, campañas negras, de guerra sucia, etc.

Aquí te dejo unos tips para fortalecer la operación de una cuenta de redes sociales para un personaje en un contexto de hipercompetencia política.

1.- NO ESCRIBAS NADA SIN UN MANIFIESTO DE MARCA PERSONAL 

Es el documento fundamental del personaje o la dependencia en el que está plasmado su ADN Digital. Es  su personalidad de marca, el tono y manera de sus mensajes, sus principios, valores, creencias y convicciones y también los temas que no son de su competencia y que por lo tanto no abordará en su comunicación digital.

Trabajar sin ello es un alto riesgo que no debes correr.

2.- UTILIZA DISPOSITIVOS ÚNICOS PARA GESTIONAR LAS CUENTAS DE REDES SOCIALES 

Evita publicar tu vida personal en la cuenta del personaje dar un like inapropiado. 

Si bien, debes tener un perfil personal para monitorear 24/7 todo lo que sucede en las redes sociales que afecte para bien o para mal a la cuenta de tu candidato. 

También, es importante que lo hagas desde un dispositivo diferente al de uso personal. Así evitarás confusiones 

3.- ESTABLECE UN PROTOCOLO DE OPERACIÓN PARA PUBLICAR CONTENIDO

Definir el proceso de tu gestión de la marca mejorará la calidad de tu desempeño. Desde la planeación del contenido, hasta su producción, dispersión y evaluación en las diferentes plataformas. Cada paso debe estar registrado.

4.- ACTIVA EL CUARTO DE GUERRA DIGITAL 

Intégrate al equipo de confianza del personaje o el staff mayor de la dependencia. Aborda temas con los expertos en asuntos políticos y legales para que emitan consideraciones previas a las publicaciones. Esto le evitará el costo político de publicar mensajes altamente sensibles que puedan provocar una crisis mediática o en redes sociales.

5.- ACTUALIZA LA INFORMACIÓN DE DATOS Y CIFRAS

Nada golpea a un alto funcionario que emitir mensajes con información desfasada. 

A diferencia de una marca comercial, un personaje político debe adaptar su mensaje todos los días al entorno económico, político y social que lo rodea, aunque no cambien sus funciones su narrativa o mensajes clave.

6.- INTEGRA UN PROTOCOLO DE CRISIS

Elabora una guía operativa que permita a los integrantes de la dependencia o el staff mayor a tomar decisiones para responder de forma rápida y efectiva a una situación que ponga en peligro la reputación digital del candidato o de la dependencia.

7.- ENTERA AL MENOS 2 VECES AL DÍA 

El político que se desentiende de las redes sociales corre el riesgo de hacer el ridículo por no estar enterado de lo que la audiencia le dice. 

Asimismo, haz diariamente una tarjeta exprés que incluya temas de coyuntura, menciones especiales de usuarios (con nombre y apellido) y los riesgos en el entorno. 

8.- MONITOREA, MONITORES Y MONITOREA 

En cualquier red social debes revisar las interacciones de la audiencia con la marca, los medios digitales locales y la actividad de los actores relevantes de manera constante.

Estar en el ombligo de la comunicación digital de un personaje público con aspiraciones es una responsabilidad estratégica. Mantén la concentración y lograrás que tu jefe sea conocido, reconocido y también elegido.